Raul Ruiz's Obituary
It is with heavy hearts and profound sadness that we announce the passing of our beloved father, Raul Ruiz who left us on December 26, 2024. He was born on March 29, 1947, in Cadereyta, Nuevo Leon, Mexico, the son of Raul and Ofelia Ruiz.
He was a devoted husband, a caring father, a loving brother, and a cherished friend to many. He was a guiding light whose kindness, patience, and generosity touched every life he encountered.
Hard work defined much of his life. He instilled in us the importance of dedication and diligence. He showed us the value of perseverance, leading by example and teaching us that hard work yields not only success but also a profound sense of fulfillment. But above all, my father taught us the meaning of integrity. He treated everyone he met with the same respect, reminding us often that we are all equal—after all, as he would say with a smile, "We all put our pants on one leg at a time."
Dad’s heart was as big as his spirit. He gave selflessly, loved deeply, and instilled in us the belief that we could achieve anything we set our minds to. His warm smile, gentle wisdom, and endless compassion will be deeply missed but forever cherished in our hearts. He leaves behind; his four children, Raul, Monica, Edgar, and Veronica, and his grandchildren; Caleb, Taylor, Joshua, Camila, Nathan, Aiden, and Charlotte.
Now, as he reunites with my mother, we take comfort in knowing that they are together again, free from the struggles of this world.
We are deeply grateful for your support and for accompanying us in this difficult moment of farewell.
To My Dear Dad
You were my guide, my steady light,
Through every storm, my sky so bright.
With patient heart and gentle hands,
You built our lives with steadfast hands.
Your kindness was a boundless sea,
Your love, a sheltering canopy.
You gave with joy, without a pause,
A quiet hero for our cause.
You taught me dreams have endless skies,
That strength is found in those who rise.
"You can be anything," you'd say,
And your belief still lights my way.
No titles swayed your humble grace,
You met each soul face-to-face.
For every heart was worth your time,
We all wear pants one leg at a time.
Your laughter warmed the coldest night,
Your wisdom turned the wrong to right.
And though you're gone, your love remains,
A legacy in gentle strains.
So here’s my promise, strong and true:
To honor life the way you’d do.
To share, to give, to stand with pride,
With you, dear Dad, still by my side.
Con gran pesar y profunda tristeza anunciamos el fallecimiento de nuestro amado padre, Raúl Ruiz, quien nos dejó el 26 de diciembre de 2024. Nació el 29 de marzo de 1947 en Cadereyta, Nuevo León, México, hijo de Raúl y Ofelia Ruiz.
Fue un esposo devoto, un padre cariñoso, un hermano amoroso y un amigo querido para muchos.
El trabajo duro definió gran parte de su vida. Nos inculcó la importancia de la dedicación y la diligencia. Nos mostró el valor de la perseverancia, liderando con el ejemplo y enseñándonos que el trabajo duro no solo produce éxito, sino también un profundo sentido de satisfacción. Pero, sobre todo, mi padre nos enseñó el significado de la integridad. Trataba a todos los que conocía con el mismo respeto, recordándonos a menudo que todos somos iguales, después de todo, como diría con una sonrisa: "Todos nos ponemos los pantalones en una pierna a la vez".
El corazón de papá era tan grande como su espíritu. Él dio desinteresadamente, amó profundamente y nos inculcó la creencia de que podíamos lograr cualquier cosa que nos propusiéramos. Su cálida sonrisa, su gentil sabiduría y su infinita compasión serán profundamente extrañadas, pero siempre serán apreciadas en nuestros corazones. Deja atrás; sus cuatro hijos, Raúl, Mónica, Edgar y Verónica y sus nietos; Caleb, Taylor, Joshua, Camila, Nathan, Aiden y Charlotte.
Ahora, cuando se reúne con mi madre, nos consuela saber que están juntos de nuevo, libres de las luchas de este mundo.
Estamos profundamente agradecidos por su apoyo y por acompañarnos en este difícil momento de despedida.
A mi querido papá
Fuiste mi guía, mi luz firme,
A través de cada tormenta, mi cielo tan brillante.
Con corazón paciente y manos gentiles,
Construiste nuestras vidas con manos firmes.
Tu bondad era un mar sin límites,
Tu amor, un dosel protector.
Entregaste con alegría, sin pausa,
Un héroe silencioso para nuestra causa.
Me enseñaste que los sueños tienen cielos infinitos,
Esa fuerza se encuentra en los que se levantan.
"Puedes ser cualquier cosa", dirías,
Y tu creencia todavía ilumina mi camino.
Ningún título influyó en tu humilde gracia,
Te encontraste con cada alma cara a cara.
Porque cada corazón valió la pena,
Todos usamos pantalones una pierna a la vez.
Tu risa calentó la noche más fría,
Tu sabiduría convirtió lo malo en correcto.
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