Maria G Ruiz's Obituary
Con profundo dolor, pero con gratitud duradera, anunciamos el fallecimiento de María Graciela Ruiz. Entró en los brazos amorosos de Nuestro Señor el Martes 1 de Octubre de 2024. Nació el 31 de marzo de 1952 en Benito Juárez, México, hija de Andrés y Rosario González.
Una madre que fue un testimonio del poder del amor, el sacrificio y la determinación, la persona más importante en la vida de todo ser humano, ella dedicó su vida a su familia, trabajando incansablemente para que sus hijos y sus seres queridos pudieran prosperar.
Su viaje no estuvo exento de desafíos se enfrentó a la enfermedad con la misma fuerza silenciosa que la marcaba todos los días, luchando contra algunos de los peores dolores con una fe y un coraje inquebrantables. A pesar de las dificultades, siguió siendo el corazón de su familia, guiándose con sabiduría y una creencia inquebrantable en el poder de la perseverancia.
María nunca fue de las personas que buscaban atención o aplausos. Su alegría provenía de los éxitos de sus seres queridos. En ella, vimos a una mujer de fuertes convicciones, una que nunca vaciló en su identidad, sin importar las pruebas que enfrentó.
Aunque ya no esté con nosotros, su espíritu vivirá en los corazones de todos los que la conocieron. Deja atrás a su esposo de 53 años de matrimonio, Raúl Ruiz; sus cuatro hijos, Raúl, Mónica, Edgar y Verónica y sus 7 nietos, Caleb, Taylor, Joshua, Camila, Nate, Aiden y Charlotte. Llevaremos adelante su legado de amor feroz y fuerza.
Con su muerte, perdemos no solo a una madre, sino a una heroína no reconocida. Que descanse en paz.
Estamos profundamente agradecidos por tu apoyo y por acompañarnos en este difícil momento de despedida.
Nuestra, Madre, columna de fortaleza,
Tus manos, curtidas por la vida, soportaron el peso de un mundo en tu espalda para que pudiéramos levantarnos.
Con gracia silenciosa, tejiste nuestros días con hilos de sacrificio, invisibles y no reconocidos.
Tu amor, un río profundo y verdadero, fluyó a través de nuestras vidas, aunque nunca fue nombrado.
En la luz del alba, trabajaste y en la oscuridad, rezaste no por ti misma, sino para que nuestros sueños volarán.
La enfermedad llegó como una tormenta, pero tú te mantuviste en pie, invicta e inquebrantable.
Porque incluso frente a las pruebas más grandes del mundo, no puedes ser movida de lo que eres, firme y decidida.
No viviste para la gloria, sino para el humilde gozo de vernos prosperar.
Una guerrera envuelta en la sencillez de las vestiduras de la maternidad.
Ahora, mientras te acostamos a descansar, tu legado florece dentro de nosotros. Un testimonio de tu espíritu inquebrantable.
Aunque tus manos están quietas, tu amor perdura en cada respiración.
Te llevamos adelante, nuestra héroe anónimo, para siempre.
Te Queremos Mucho Mama.
It is with deep sorrow, but with lasting gratitude, that we announce the passing of María Graciela Ruiz. Maria entered the loving arms of Our Lord on Tuesday, October 1, 2024. She was born on March 31, 1952 in Benito Juárez, Mexico, the daughter of Andrés and Rosario González.
A mother whose life was a testament to the power of love, sacrifice and unbreakable resolve. She dedicated her life to her family, working tirelessly so that her children and her loved ones could prosper.
Her journey was not without challenges. She faced illness with the same quiet strength that marked her every day, battling some of worse pain with unshakable faith and courage. Despite the hardships, she remained the heart of her family, guiding them with wisdom and an unyielding belief in the power of perseverance.
Maria was never one to seek attention or applause. Her joy came from the successes of those she loved. In her, we saw a woman of strong convictions, one who never wavered in identity, no matter the trials she faced.
Though she is no longer with us, her spirit will live on in our hearts of all who knew her. She leaves behind, her husband of 53 years, Raul Ruiz; her four children, Raul, Monica, Edgar and Veronica and her 7 grandchildren; Caleb, Taylor, Joshua, Camila, Nathan, Aiden, and Charlotte. We will carry her legacy of fierce love and strength forward.
In her passing, we lose not a just a mother, but an unsung hero. May she rest in peace.
We are deeply grateful for your support and for accompanying us in this difficult moment of farewell.
Our, Mother, pillar of strength,
Your hands, weathered by life, bore the weight of a world on your back so we could rise.
With quiet grace, you wove our days from threads of sacrifice, unseen and unsung.
Your love, a river deep and true, flowed through our life, though it was never named.
In the dawns light, you labored and, in the darkness, you prayed not for yourself, but for our dreams to take flight.
Disease came like a storm, but you stood unbeaten and unbroken.
What’s your fondest memory of Maria?
What’s a lesson you learned from Maria?
Share a story where Maria's kindness touched your heart.
Describe a day with Maria you’ll never forget.
How did Maria make you smile?